Por José Carlos Díez

Partner de LUA

@josecdiez

LinkedIn: josé-carlos-díez

LUAfund es un proyecto que nació en 2018. Desde que comencé a estudiar economía a principios de los años noventa, una de las patologías de la economía española -también de la portuguesa- es el pequeño tamaño empresarial de las empresas. Analizando esa realidad encontramos una gran oportunidad de inversión: un nicho de empresas (10-50 trabajadores) con empresarios muy innovadores, clientes que compran sus productos y cuyos beneficios son la prueba del algodón de que la innovación es rentable y sostenible. 

Cuando decidimos analizar las causas que limitaban el crecimiento empresarial para superar el techo de cristal de los 50 trabajadores identificamos dos hechos muy comunes:

  • Poco capitalizadas
  • Con poco porcentaje de ventas fuera de España

La crisis del 2008 trajo el capital riesgo internacional a España y la necesidad provocó un intenso desarrollo del ecosistema de innovación, con nuevas empresas muy concentradas en las grandes ciudades, principalmente Madrid y Barcelona.

Desde 2013 ese tipo de empresas han recibido mucha inversión -lo cual sin duda ha sido un gran avance para la economía española-, pero tienen una tasa de mortalidad elevada: próxima al 90%.

La causa habitual suele ser que aunque el emprendedor puede tener una buena idea, fracasa en su ejecución porque no tiene experiencia como empresario en la mayoría de las ocasiones. Otra causa suele ser que los clientes no coinciden en que la idea sea tan buena y no compran sus productos, y una empresa sin ventas es como una planta sin sol y sin oxígeno. 

Analizando esta realidad encontramos una gran oportunidad de inversión: un nicho de empresas (10-50 trabajadores) con empresarios muy innovadores, clientes que compran sus productos y cuyos beneficios son la prueba del algodón de que la innovación es rentable y sostenible.

LUA invierte en empresarios innovadores, la clave del desarrollo económico de un país tal y como lo definió Joseph Schumpeter en 1911, y en empresas que ya tienen ventas y clientes fidelizados.

La clave es identificar aquellas cuyos productos son susceptibles de venderse fuera de España, y por eso LUA invierte con capital tangible y acompaña a las empresas en su apasionante salto al mercado internacional.

Todo ello de la mano de un gran equipo de socios y asesores con amplia experiencia en esos procesos que, además de una estrategia comercial, exigen un cambio de cultura y la digitalización de la empresa.

Solo las que pasan todas esas pruebas son capaces de conseguir proyectos empresariales rentables en un entorno global cada día más competitivo.

Este nicho ha generado una oportunidad histórica para invertir en empresas con alto potencial de crecimiento y de rentabilidad.

La pandemia ha tenido efectos muy duros para España en fallecidos, desempleo y pobreza, pero en LUA esperamos una recuperación en forma de K y nuestras empresas estarán en la pata alcista y creciente de la K.

Esas serán las empresas que generen empleos y buenos salarios, y las que permitirán pagar impuestos que sustenten las pensiones, la sanidad, la dependencia y la educación del futuro. 

La intervención del BCE con tipos negativos en nuestra deuda pública ha llegado para quedarse un periodo prolongado. No asumir riesgo en las inversiones tiene un coste excesivo, y entre la inflación y las comisiones de gestión, los ahorradores perderán poder adquisitivo.

El inmobiliario -opción de riesgo preferida de los ahorradores españoles- no es una buena opción en la actualidad. La pandemia ha hundido los alquileres y eso anticipa caídas de precios en el próximo año y seguramente también en 2022. No es la primera crisis inmobiliaria que vivimos y siempre sucede lo mismo: el precio tarda en ajustarse y lo hace más de lo esperado. 

La bolsa española está barata y es atractiva para invertir, tal y como se observa en el gráfico anterior donde se dibuja el índice CAPE del premio Nobel de economía Robert Shiller.

No obstante, las bolsas en EEUU están en el segundo máximo nivel de sobrevaloración de su historia, similar al de 1929 y solo por detrás de la burbuja del Nasdaq en el año 2000.

Eso anticipa que la volatilidad continuará elevada en las bolsas mundiales por un tiempo. En LUA al entrar en empresas no cotizadas tienes el hándicap de la liquidez, pero la ventaja de reducir la volatilidad de las carteras.

Es un fondo idóneo en estos momentos para fondos de pensiones o banca privada. La otra alternativa son fondos que inviertan en Start Up, pero el riesgo de ese tipo de empresas es mucho mayor y con la pandemia su esperanza de supervivencia empeora significativamente.

El gran reto para el futuro de la economía española es aumentar su innovación, su productividad, el empleo y los salarios.

LUA es una hormona del crecimiento empresarial.

El capital es condición necesaria para crecer, pero no suficiente. La clave es pensar en global y aumentar las ventas fuera de España, y es ahí donde el equipo y el talento que se ha juntado en LUA aporta la diferencia.

Si le sumamos tipos negativos en la deuda pública y alta volatilidad en las bolsas, tardaremos muchos años en volver a tener otra oportunidad de inversión tan clara y tan necesaria como LUA.

Hay vida después de la crisis; de ésta también.

 

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